Castillo de Alcalá del Júcar en otoño

Castillo de Alcalá del Júcar en otoño

Rio Cabriel

Rio Cabriel

Embalse del Molinar y ermita del Cristo de la Vida

Embalse del Molinar y ermita del Cristo de la Vida

Panorámica de Jorquera

Panorámica de Jorquera

Llanura de La Mancha

Llanura de La Mancha

Primavera en el Valle del Jucar

Primavera en el Valle del Jucar

Rápidos del rio Jucar

Rápidos del rio Jucar

Campo de amapolas

Campo de amapolas

Campo de amapolas en primavera

Campo de amapolas en primavera

Paisaje del Embalse del Molinar

Paisaje del Embalse del Molinar

Un lugar único para disfrutar del silencio
Rodeados de naturaleza en el río Júcar
Un lugar único para disfrutar del silencio
rodeados de naturaleza en el río Júcar

Conmemoración del 650 Aniversario del Privilegio de Villazgo otorgado al pueblo de Alcalá del Júcar por el Rey Pedro I de Castilla, el 18 de abril de 1364

Villa de Alcalá del Júcar 650 aniversario

Se sabe que hacia el siglo XII fue fortaleza musulmana y que formaba parte de la línea defensiva que los árabes construyeron en las riberas del río, para contener la creciente presión de los reyes cristianos.

En el año 1211, una expedición relámpago de Alfonso VIII consigue arrebatar a los musulmanes los castillos de Garadén, Jorquera y Alcalá, aunque la dominación cristiana quedará garantizada un año después, cuando la victoria sobre los almohades en las Navas de Tolosa rompe toda la defensa árabe y deja libres a la población todas las tierras de la actual provincia de Albacete.

Inicialmente, Alcalá fue una aldea de Jorquera, hasta que el 18 de abril de 1364, Pedro I firmó un documento en el Grao de Valencia, concediendo a Alcalá del Júcar el villazgo y la segregación con respecto a Jorquera, con asignación del Fuero de las Leyes, ordenamiento concejil y otros derechos.

Como todas las poblaciones cercanas perteneció al estado de Villena y padeció las vicisitudes de este peculiar señorío, que tanta importancia tuvo en la Edad Media y en la gestación de la moderna monarquía castellana.

El estado de Villena, después Marquesado, nace hacia 1282, cuando el infante don Sancho se alza contra su padre, Alfonso VIII, ayudado entre otros nobles por su tío don Manuel. Como premio por su ayuda, don Manuel recibe tierras y villas que, unidas a su señorío de Villena, van a formar el primer núcleo del estado de Manuel.

El señorío será engrandecido por su hijo, el célebre infante don Juan Manuel, que conseguirá repoblar y engrandecerlas villas y aldeas.

La riqueza de sus tierras y su estratégica situación, fronteriza con los reinos de Castilla y Aragón, acrecientan su importancia, pero son también origen de numerosas disputas que empezarán a la muerte del infante y durarán hasta el reinado de los Reyes Católicos.

El Marquesado y todas sus villas, entre ellas Alcalá será escenario durante muchos años de luchas y enfrentamientos de los nobles contra el poder real. Entre ellas hay que destacar la que enfrentó a los Infantes de Aragón con los partidarios de la monarquía castellana.

Es en este periodo cuando surge la figura de Juan Pacheco, favorito de Enrique IV, nombrado por el marqués de Villena, que domina y pacifica todo el territorio y es artífice de muchos de los castillos e iglesias que han llegado hasta hoy.

Alcalá del Júcar, como las restantes poblaciones del Marquesado, estuvo sometida al poder de sus señores hasta el siglo XIX, aunque la política centralista e imperial de los Reyes Católicos limitó notablemente el poder feudal.

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